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Venta de máquinas vending y dispositivos de efectivo



Información de interés

La máquina expendedora es una máquina que proporciona aperitivos, bebidas, golosinas y otros productos a los consumidores. Se trata de vender sin la presencia de un dependiente para cobrar los artículos. Periódicamente un empleado repone el producto y recoge el dinero en forma de monedas o, menos habitualmente, billetes; a veces también se puede pagar con tarjeta monedero, tarjeta de crédito o teléfono móvil. Las posibilidades de las máquinas expendedoras son amplias. Normalmente suelen vender refrescos, café, comida, chucherías, etc. Pero también existen modelos diseñados para vender prensa, libros, sellos de correos, billetes del transporte público, bebidas alcohólicas, cigarrillos de tabaco, también son frecuentes, en las oficinas que atienden al público, las máquinas expendedoras de un impreso pequeño con el número de turno del solicitante.
 

Una serie de estudios ha puesto por delante la teoría de que el trabajo producido por humanos será sustituido por máquinas cada vez más inteligentes, lo que conducirá al ser humano a la irrelevancia. ¿Quién no ha oído hablar de los coches que se auto-conducen, las máquinas que diagnostican enfermedades o incluso los robots que identifican emociones? ¿Es el progreso de la inteligencia artificial el fin de la inteligencia humana? En otras palabras, ¿será el último invento que tendrá que realizar el ser humano una máquina más inteligente que el más listo de los humanos, para que ésta pueda seguir inventando a futuro?Aunque muchos de estos estudios tienen visos de ciencia y economía-ficción, todos ponen de manifiesto las implicaciones que estos fenómenos pueden tener para el devenir de nuestras sociedades. Así, por ejemplo, dependiendo de si las máquinas son capaces de sustituir solo al trabajo poco calificado, calificado o todo el trabajo, se darán consecuencias distributivas distintas, pero en todos los casos presumiblemente de gran magnitud, por lo que los países deben ir preparándose. Hasta ahora, la máquina ha sido capaz de sustituir un montón de personas en trabajos rutinarios llevando a algunas profesiones casi a su extinción. ¿Quién se acuerda hoy de los operadores telefónicos o los mecanógrafos? Pero lo que pronostican Brynjolfsson y A. McAfee en su último e influyente libro La segunda era de las máquinas es que este proceso se acelerará a futuro. Así, no solo personas con trabajos rutinarios y/o de baja calificación, sino muchos trabajadores calificados (traductores, analistas de datos, gestores...), serán potencialmente reemplazados por máquinas. Existe un vigoroso debate acerca de cuán factible es ese escenario. Un aspecto importante es si el hecho de que el sector de la computación esté aumentando su capacidad de forma exponencial se traducirá en cambios en el agregado de la economía. Un ejemplo histórico ayuda a entender este fenómeno: a finales del siglo XIX, la producción de velas era un sector importante para la economía, mientras que cien años después la producción de iluminación se convirtió en un sector con un peso casi irrelevante. ¿Por qué? Porque la capacidad de iluminar ha crecido muchísimo pero la demanda de productos de iluminación no se ha incrementado al mismo ritmo. Ese fue un proceso que también sufrió -y en muchos países sigue sufriendo- la agricultura. Dado que el sector agrícola es capaz de producir mucho más que en el pasado, se necesita menos gente para alimentar a las sociedades, gente que puede trabajar en otros sectores. De acuerdo con estos ejemplos, la pregunta entonces es si el sector de la computación tendrá más o menos relevancia en el futuro. Relacionado con lo anterior, otro aspecto importante a considerar es qué tan rápido están ocurriendo estas transformaciones y qué peso tienen ya en la economía en su conjunto. Si bien los ejemplos son muy sugerentes, los datos en el agregado no muestran todavía un cambio importante en el crecimiento de la productividad, quizá porque aún suponen una parte pequeña de las economías. Qué tan rápido ocurra el cambio a futuro determinará la capacidad de las sociedades de ir ajustándose a estos procesos. Finalmente, quizá el aspecto más importante a resaltar y difícil de predecir es hasta qué punto las máquinas serán complementarias o sustitutivas del trabajo y para qué tipos de trabajo. Hasta la fecha, la inteligencia artificial ha sido capaz de suplir muchos trabajos rutinarios, pero no ha podido sustituir muchos trabajos en el sector servicios (ej. salud, cuidado de infantes y adulto mayor, maestros y profesores) cuyo peso relativo en empleo ha crecido. Es fácil imaginar un futuro donde las máquinas produzcan otros productos, pero ¿podrán cuidar a un niño, a un anciano, o enseñar? Asimismo, hay todo un grupo de profesiones que se han beneficiado mucho del desarrollo de la computación. Es muy probable que la emergencia de maneras más poderosas de computación suponga la aparición de nuevas ocupaciones ahora inimaginables que supongan nuevas fuentes de empleo.

¿Quiénes se podrán beneficiar? Sin duda, se trata de preguntas muy importantes.

Quizá una máquina las podrá contestar pronto.

La Escherichia coli, también conocida como E. coli, es una bacteria que se encuentra comúnmente en el sistema digestivo de los seres humanos y animales de sangre caliente. Debido a su alta presencia en el intestino, la E. coli se utiliza como el indicador principal para detectar y medir la contaminación fecal en la evaluación de la inocuidad del agua y de los alimentos. Consideradas comensales inofensivos,  las cepas de E. coli constituyen alrededor del 1% de la población microbiana normal del intestino. Si bien la mayoría de las cepas dentro del intestino son agentes patógenos gastrointestinales beneficiosos para el ser humano, otros son perjudiciales. Las E. coli patógenas se distinguen de otras E. coli por su capacidad de provocar graves enfermedades como resultado de su información genética para la producción de toxinas, capacidad de adhesión e invasión de células huéspedes, interferencia con el metabolismo celular y destrucción de tejidos. 

Rubén Ramos caminaba por el parque y vio a un niño que hacía burbujas de jabón, una de ellas le reventó en el rostro y cuando se tocó la frente se dio cuenta que no tenía agua; en ese momento se percató que al reventar la burbuja se crea un pequeño spray que genera lluvias de moléculas acuosas que funcionan como un sistema de filtración. Así surgió BubbleTech, tecnología que filtra el agua por medio de burbujas, haciéndola 100% potable. La innovación permite beber el agua salada, contaminada por metales pesados, fluoruro, sílice, cloro, del drenaje, incluso el agua congénita de Pemex y de la industria refresquera.
 
Todo inició con una alergia a la contaminación: los doctores le dijeron a Rubén que para mejorar su salud requería comprar un humidificador y purificador de aire, pero los existentes eran muy caros. “Dije, no es posible que para hacer el bien tengas que pagar tanto dinero, quisiera hacer algo que fuera accesible para toda la gente, y comencé a resolver mi problema al hacer un humidificador de filtro de aire”.
 
Al conocer lo que pasa cuando una burbuja se truena, se centró en purificar agua. Para el 2014 Rubén, en colaboración con Aldo Mizrahi, crearon la empresa Uniaqua Tech y validaron la tecnología en el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica y también pasaron las normas para verificar su potabilidad.
 
Cómo funciona
Aldo Mizrahi dice que la tecnología es sencilla y económica. A partir de paneles solares, se crea energía que mueve turbinas, éstas generan burbujas, las cuales al reventar simulan un spray, con esta acción se purifica el agua, “es similar al efecto de limpiar el medio ambiente que crea la lluvia”.
 
Además, las partículas contaminadas caen y quedan neutralizadas en una tina de lodo que se recolecta después.
 
El sistema no requiere de mucha energía para hacer que el agua se evapore, tan sólo se necesitan 25 grados centígrados, “así como cuando te bañas en la regadera y sale vapor, no llegamos a las temperaturas que se requieren cuando se calienta agua en una olla”, detalló Aldo en entrevista a El Economista.
 
La filtración es inmediata y el verdadero reto, señala Rubén, “no está en la pureza, esa la tenemos, purificamos 100%; el reto es ver cómo se hace maquinaria que produzca más volumen de agua con menos energía”.
 
Una máquina puede purificar 300,000 litros al día y tiene una vida de 30 años, sin la necesidad de cambiarle piezas.
 
El emprendedor y científico dice que la diferencia de BubbleTech con la ósmosis interna (que es un sistema de filtración de agua) es lo económico , porque sólo trabaja con agua, poca energía y no requiere de membranas que se destruyen cuando pasan compuestos químicos, como sílice.
 
Modelo de negocio
El negocio de Uniaqua Tech consiste en proporcionarle el equipo a las compañías que requieren limpiar su agua, a las cuales se les cobra 20 pesos por medio cúbico, en promedio, y se les realiza un contrato por 20 o 30 años, tiempo de vida de la unidad.
 
La empresa también creó el Centro de Investigación y Saneamiento del Río Atoyac, que cuenta con una inversión del gobierno de Puebla de 30 millones de pesos, y tiene como objetivo limpiar el río; para ello se trabaja el agua que desechan las empresas.
 
“La idea es trabajar durante 15 años con todas las industrias para que el agua que tiren llegue limpia al río y se pueda sanear”.
 
También limpian el agua de la central de abastos de Puebla desde febrero de este año y mantienen negociaciones con una empresa refresquera y una refinería de Pemex.
 
“Tan sólo la industria refresquera tira entre tres y cuatro litros de agua por cada litro de refresco, ese líquido está saturado de sales y son veneno para el medio ambiente. Nosotros podemos regresárselos en calidad de manufactura, para poder hacer más producto”, precisa Rubén.
 
La tecnología también limpia el aire y los emprendedores están por cerrar un proyecto en el cual dos grandes esculturas urbanas de la Ciudad de México servirán como filtro. Por cada segundo, se limpiarán 30 metros cúbicos de aire y el residuo se quedará en el equipo para ser desechado.
 
Además, se trabaja para que los espectaculares de publicidad cuenten con la tecnología y sirvan como respiradores.
 

 

Diversos países ya buscan la innovación, pero los empresarios dicen que primero la implementarán en México y luego la exportarán.








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