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Las Vending Machine en Japón ("La Cultura Moderna")

 
 
Japón es un país con muchísimas máquinas, es uno de los líderes mundiales en robótica y el máximo exponente en videojuegos. La sociedad japonesa se sustenta en un consumismo increíblemente brutal. Esto provoca que el ahorro familiar japonés sea mucho menor que en otros países del primer mundo, y la proporción en ventas de productos japoneses con respecto a extranjeros es muy elevada. 
 
Un claro ejemplo de esto son las máquinas vending, que venden desde refrescos y tabaco, hasta huevos, impresión de fotos desde el móvil, parkings automáticos o descargas de música. Japón está absolutamente plagado de estas máquinas, en cada esquina, desde Hokkaido hasta Okinawa. Y curiosamente, casi ninguna tiene signos de vandalismo o no funciona.
 
El consumismo es la razón más conocida por la que hay tantas máquinas, pero en realidad la razón de peso es otra. La razón de que haya tantas máquinas y parkings automáticos es por una razón fiscal. En Japón suceden dos cosas: prácticamente todo el terreno en el que se puede construir ya está construido, y los impuestos sobre los terrenos son enormemente elevados.
 
La única solución que tienen muchas familias o negocios, es rentabilizar el gasto fijo que tienen por los terrenos con los beneficios de las máquinas, que no suponen un gasto sino solamente beneficios que ayudan a pagar ese impuesto. Además, donde las restricciones de espacio son tan importantes, resulta muy complicado almacenar grandes compras en casa. Este es también uno de los principales motivos por el que el mercado del vending es relevante, llegando a existir una máquina por cada 23 habitantes, un dato siete veces superior al de España y dos y media el de EEUU.
 
japan vending machine coca-cola coke cans japanese marketTodo, en Japón, estas máquinas dispensan todo tipo de productos como huevos frescos, videos porno, cerveza, arroz, accesorios de pesca, joyas e incluso papel higiénico, y es que, en vez de almacenar productos en sus casas, gran parte de las adquisiciones para la vida diaria se realizan en las máquinas de vending. Junto a estas máquinas de vending más inusuales se encuentran también las más tradicionales de venta de cigarrillos, snacks o bebidas. El gasto medio anual por habitante realizado a través del vending es de 440 dólares al año, cuatro veces más que en Estados Unidos, y nueve veces más que en España. Se estima que en Japón hay una máquina automática por cada 23 personas (según el Japan Guide ), lo cual significa que existen aproximadamente 5,5 millones de estas máquinas en todo el territorio de un país con unos 128 millones de personas. 
 
En 1999 este sector generó unos 53.28 mil millones de dólares en ventas. La mayoría de estas máquinas venden bebidas no alcohólicas como té, café, zumos y gaseosas, en latas o botellas de plástico, a precios que van de 110 hasta 150 yenes (hasta 1 euro). Y las más raras venden paquetes de comida, verduras frescas, fideos, cámaras desechables, tampones, etc. Incluso ya han dado la posibilidad de tener su propia máquina automática en casa, para las veces que se sienta insatisfecho con las que hay en la calle. La máquina de mini vending está diseñada para uso en el hogar y funciona con monedas especiales (falsas), pudiendo mantener hasta 10 latas. Las luces de sus botones indican si la bebida está disponible o no, igual que las máquinas automáticas de verdad. 
 
Las primeras máquinas de vending en Japón estaban hechas de madera y vendían sellos para cartas y postales. Hace unos 80 años, había unas máquinas que vendían caramelos llamados “Glico”. En el año 1967, la moneda de 100 yens fue distribuida por primera vez, y las máquinas de vending se extendieron profundamente de la noche a la mañana, vendiendo una gran variedad de productos. En Japón, las máquinas automáticas se conocen como jid_hanbaiki (de jido_, o “automático”; hanbai, o “vending”; y ki, o “máquina”), jihanki acortado.