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Información de interés

El oro ha llamado la atención del hombre desde los tiempos más primitivos. Prácticamente todos los pueblos y culturas lo han conocido sea porque lo descubrieron en sus territorios o como producto de intercambio. En América, la metalurgia y la orfebrería del oro en tiempos precolombinos, alcanzó niveles excepcionales. Basta con visitar algunos de los “Museos del Oro” de Colombia, Ecuador y Perú. El rescate de Atahualpa, la leyenda de “El Dorado” y más tarde el oro de los jesuitas, constituyen algunas de las páginas notables de lo que significó el oro en América.
 

Con la población del mundo consumiendo agua en cantidades récord y con la escasez de agua causando una serie de problemas geopolíticos y humanitarios, resulta cada vez más necesario aprovechar la tecnología para ayudar a satisfacer la demanda.Una solución cada vez más adoptada para afrontar la escasez de agua dulce es el tratamiento del agua salina por medio de un proceso conocido como desalación o desalinización.

La aparición del papel moneda no tiene una ubicación histórica específica aunque sus inicios se adjudican a los chinos. Durante los siglos XVIII, XIX y comienzos del XX, en varios países se suscitaron los primeros intentos de usar un papel moneda tal y como se conoce actualmente. En el caso particular de México, se pueden situar sus inicios a principios del siglo XIX. 

 

Antecedentes del billete mexicano 

 

En 1810, un grupo de mexicanos comenzó una lucha armada para poner fin al dominio español en la Nueva España. La guerra por la Independencia de México inició con el grito de Dolores el 16 de septiembre de 1810, y finalizó el 27 de septiembre de 1821 con la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México. Cuando esta lucha terminó, el orden político y social del Virreinato de la Nueva España quedó trastornado. 

 

Durante la guerra de Independencia, muchos españoles regresaron a su país y los que se quedaron en la Nueva España, escondieron sus fortunas. Las minas que continuaban abiertas fueron saqueadas y su producción se redujo tanto por los trabajadores que se unían a las tropas insurgentes como por los ataques de los oponentes. Además, se redujeron las conductas de plata (traslado) que iban de los Reales Mineros a la ciudad de México por la inseguridad de los caminos. Todo esto provocó una profunda crisis económica y un desabasto de monedas metálicas. 

 

Debido a la necesidad de contar con un medio de pago, surgieron una gran cantidad de monedas de necesidad, llamadas así porque se fabricaron para aliviar la necesidad de circulante que existía. Algunas de estas monedas eran de oro pero en su mayoría fueron de plata y cobre. También aparecieron unas curiosas piezas de cartón que fueron emitidas en San Miguel el Grande, Guanajuato. Estaban escritos a mano con tinta negra, tenían denominación de medio real (moneda de la época) con fecha de julio o agosto de 1813 y contaban con las firmas de “González”, “Malo” y una tercera ilegible. Se cree que estas firmas pudieron pertenecer a comerciantes, funcionarios u oficiales. Los estudiosos reconocen estas piezas como el antecedente más antiguo del billete mexicano. 

Luther George Simjian era un armenio nacido en Turquía que emigró a los Estados Unidos. Siempre estuvo interesado en el funcionamiento de las cosas y pasó toda su vida inventando, entre otras cosas un velocímetro para aviones. Pero también inventó el primer cajero automático. En 1939 nuestro inventor registró 20 patentes de un prototipo de cajero automático. Para entonces vivía en Nueva York, por lo que convenció al Citicorp para que probaran su invento. Desafortunadamente resultó ser un adelantado a su tiempo. Sólo era usado por aquellas personas que no querían que les vieran los empleados del banco y el banco decidió cerrarlo.
 
El primer cajero automático que tuvo éxito
Tenemos que esperar a que acabe la guerra para que el cajero automático vuelva a surgir. En los años 60 se sabe que hubo una máquina de ese tipo en Tokyo, aunque se sabe muy poco de ella. Fue en otro centro financiero mundial donde surgió el primer cajero automático que tuvo éxito.
 
John Shepherd-Barron era un escocés que trabajaba para De La Rue, una empresa que por entonces fabricaba máquinas de contar dinero. Su trabajo estaba en Londres pero vivía e el campo. Solía ir los sábados al banco (que abría de 9 a 12:30) para sacar el dinero de la semana.
 
Una vez en 1965 llegó tarde por un minuto y empezó a preguntarse como obtener dinero sin necesidad de ser atendido por una persona. La idea le vino de una máquina expendedora de chocolate y pensó que podría realizar del mismo modo.
 
Su primer cajero automático fue instalado en una sucursal del banco Barclays en Londres en 1967. Dado que en aquella época no había tarjetas con banda magnética se utilizaban unos cheques con material radiactivo para el cajero. El cliente introducía el cheque, marcaba un pin de cuatro números y el dispositivo le proporcionaba diez libras esterlinas.
 
El código de cuatro números se ha convertido universal, pero no se debe a ningún motivo técnico. El señor Shepherd-Barron pensó que era capaz de recordar seis números de su número de soldado, pero al consultarlo con su mujer ella le respondió que era capaz de recordar cuatro.
 
Los cajeros automáticos hoy en día
Los primeros cajeros automáticos que se introdujeron en España, como en el de Londres, estaban reservados a los clientes más pudientes. Esto se debe a que proporcionaban una cantidad fija, pero no estaban conectados una red, de forma que el banco necesitaba confiar en el cliente para proporcionarle el préstamo.
 
Cuando llegaron a España ya no necesitaban cheques radiactivos, sino que utilizaban una tarjeta de plástico. El primero empezó a funcionar en una sucursal del Banco Popular en Toledo en 1974. Fue precisamente en ese año cuando aparecieron los cajeros automáticos conectados a una red.
 
Hoy en día se ha alcanzado el record europeo y segundo del mundo por detrás de Japón de cajeros por habitante. En 2007 había 14.000 por millón de habitantes con un total de 58.600 en todo el país.El cajero medio realiza unas 300 transacciones diarias y el reintegro medio ronda los 100 – 110 euros.
 

 

Pero cuidado, reintegro no es igual a transacción. Hoy en día las transacciones en los cajeros automáticos son muy variadas. En muchos podemos recargar el saldo del móvil, conocer nuestros saldos, actualizar la cartilla o incluso en algunos hacer transferencias.





Inovación y crecimiento de maquinas vending