No es secreto para nadie que el mundo del vending se encuentra en expansión y que las nuevas tecnologías son el gran motor para que esto ocurra. En España, el smart vending se está posicionando con mucha fuerza, ya que el mercado de clientes se está ampliando. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer y técnicas que mejorar en el sector del vending. Por ello, hemos recopilado una lista de siete nuevas máquinas expendedoras y gaming que están revolucionando esta industria y que seguro os servirán de inspiración para seguir creciendo e innovando.
En boca de todos, Bitcoin, la moneda de Internet, acapara elogios, críticas y recelos a partes iguales. Con numerosas ventajas frente a los sistemas de pago tradicionales, Bitcoin presenta, como toda moneda que se precie, un reverso algo más oscuro que ha provocado, por ejemplo, que Tailandia haya prohibido las transacciones con Bitcoin dentro de su territorio. Un primer paso que se espera puedan dar otras naciones. Pero antes de nada necesitamos responder algunas preguntas, que será la razón por la cual has llegado a este artículo: ¿qué es Bitcoin? ¿cómo funciona? ¿es legal? Contestamos, de forma sencilla, a estas y otras muchas preguntas sobre Bitcoin, la moneda de Internet.
La aparición del papel moneda no tiene una ubicación histórica específica aunque sus inicios se adjudican a los chinos. Durante los siglos XVIII, XIX y comienzos del XX, en varios países se suscitaron los primeros intentos de usar un papel moneda tal y como se conoce actualmente. En el caso particular de México, se pueden situar sus inicios a principios del siglo XIX.
Antecedentes del billete mexicano
En 1810, un grupo de mexicanos comenzó una lucha armada para poner fin al dominio español en la Nueva España. La guerra por la Independencia de México inició con el grito de Dolores el 16 de septiembre de 1810, y finalizó el 27 de septiembre de 1821 con la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México. Cuando esta lucha terminó, el orden político y social del Virreinato de la Nueva España quedó trastornado.
Durante la guerra de Independencia, muchos españoles regresaron a su país y los que se quedaron en la Nueva España, escondieron sus fortunas. Las minas que continuaban abiertas fueron saqueadas y su producción se redujo tanto por los trabajadores que se unían a las tropas insurgentes como por los ataques de los oponentes. Además, se redujeron las conductas de plata (traslado) que iban de los Reales Mineros a la ciudad de México por la inseguridad de los caminos. Todo esto provocó una profunda crisis económica y un desabasto de monedas metálicas.
Debido a la necesidad de contar con un medio de pago, surgieron una gran cantidad de monedas de necesidad, llamadas así porque se fabricaron para aliviar la necesidad de circulante que existía. Algunas de estas monedas eran de oro pero en su mayoría fueron de plata y cobre. También aparecieron unas curiosas piezas de cartón que fueron emitidas en San Miguel el Grande, Guanajuato. Estaban escritos a mano con tinta negra, tenían denominación de medio real (moneda de la época) con fecha de julio o agosto de 1813 y contaban con las firmas de “González”, “Malo” y una tercera ilegible. Se cree que estas firmas pudieron pertenecer a comerciantes, funcionarios u oficiales. Los estudiosos reconocen estas piezas como el antecedente más antiguo del billete mexicano.
Una serie de estudios ha puesto por delante la teoría de que el trabajo producido por humanos será sustituido por máquinas cada vez más inteligentes, lo que conducirá al ser humano a la irrelevancia. ¿Quién no ha oído hablar de los coches que se auto-conducen, las máquinas que diagnostican enfermedades o incluso los robots que identifican emociones? ¿Es el progreso de la inteligencia artificial el fin de la inteligencia humana? En otras palabras, ¿será el último invento que tendrá que realizar el ser humano una máquina más inteligente que el más listo de los humanos, para que ésta pueda seguir inventando a futuro?Aunque muchos de estos estudios tienen visos de ciencia y economía-ficción, todos ponen de manifiesto las implicaciones que estos fenómenos pueden tener para el devenir de nuestras sociedades. Así, por ejemplo, dependiendo de si las máquinas son capaces de sustituir solo al trabajo poco calificado, calificado o todo el trabajo, se darán consecuencias distributivas distintas, pero en todos los casos presumiblemente de gran magnitud, por lo que los países deben ir preparándose. Hasta ahora, la máquina ha sido capaz de sustituir un montón de personas en trabajos rutinarios llevando a algunas profesiones casi a su extinción. ¿Quién se acuerda hoy de los operadores telefónicos o los mecanógrafos? Pero lo que pronostican Brynjolfsson y A. McAfee en su último e influyente libro La segunda era de las máquinas es que este proceso se acelerará a futuro. Así, no solo personas con trabajos rutinarios y/o de baja calificación, sino muchos trabajadores calificados (traductores, analistas de datos, gestores...), serán potencialmente reemplazados por máquinas. Existe un vigoroso debate acerca de cuán factible es ese escenario. Un aspecto importante es si el hecho de que el sector de la computación esté aumentando su capacidad de forma exponencial se traducirá en cambios en el agregado de la economía. Un ejemplo histórico ayuda a entender este fenómeno: a finales del siglo XIX, la producción de velas era un sector importante para la economía, mientras que cien años después la producción de iluminación se convirtió en un sector con un peso casi irrelevante. ¿Por qué? Porque la capacidad de iluminar ha crecido muchísimo pero la demanda de productos de iluminación no se ha incrementado al mismo ritmo. Ese fue un proceso que también sufrió -y en muchos países sigue sufriendo- la agricultura. Dado que el sector agrícola es capaz de producir mucho más que en el pasado, se necesita menos gente para alimentar a las sociedades, gente que puede trabajar en otros sectores. De acuerdo con estos ejemplos, la pregunta entonces es si el sector de la computación tendrá más o menos relevancia en el futuro. Relacionado con lo anterior, otro aspecto importante a considerar es qué tan rápido están ocurriendo estas transformaciones y qué peso tienen ya en la economía en su conjunto. Si bien los ejemplos son muy sugerentes, los datos en el agregado no muestran todavía un cambio importante en el crecimiento de la productividad, quizá porque aún suponen una parte pequeña de las economías. Qué tan rápido ocurra el cambio a futuro determinará la capacidad de las sociedades de ir ajustándose a estos procesos. Finalmente, quizá el aspecto más importante a resaltar y difícil de predecir es hasta qué punto las máquinas serán complementarias o sustitutivas del trabajo y para qué tipos de trabajo. Hasta la fecha, la inteligencia artificial ha sido capaz de suplir muchos trabajos rutinarios, pero no ha podido sustituir muchos trabajos en el sector servicios (ej. salud, cuidado de infantes y adulto mayor, maestros y profesores) cuyo peso relativo en empleo ha crecido. Es fácil imaginar un futuro donde las máquinas produzcan otros productos, pero ¿podrán cuidar a un niño, a un anciano, o enseñar? Asimismo, hay todo un grupo de profesiones que se han beneficiado mucho del desarrollo de la computación. Es muy probable que la emergencia de maneras más poderosas de computación suponga la aparición de nuevas ocupaciones ahora inimaginables que supongan nuevas fuentes de empleo.
¿Quiénes se podrán beneficiar? Sin duda, se trata de preguntas muy importantes.
Quizá una máquina las podrá contestar pronto.
En nuestro mundo son comunes las máquinas expendedoras ya sea de bebidas, tabaco, golosinas, libros, Agua, iPods etc. entre una multitud de productos y los tenemos siempre al alcance de la mano ya que se encuentran por todas partes. Pero te has preguntado ¿donde se originaron estas máquinas?.